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sábado, 27 de agosto de 2011

Un claro día de justicia.


El primer juicio por crímenes de lesa humanidad  de la historia de la Provincia de Entre Ríos comenzó este miércoles. Después de muchos años de impunidad se sentaron en el banquillo de los acusados los genocidas Zaccaría, Guerrieri, Fariña, Amelong, Pagano y Gonzáles.

La causa conocida como Hospital Militar fue iniciada por Guillermo Antonio Germano, quien fuera coordinador del Registro Único de la Verdad desde el año 2005 hasta el 9 de diciembre de 2009, fecha en que falleció después de pelear contra una grave enfermedad.
Sabrina Gullino Valenzuela Negro y su hermano Sebastián Álvarez estuvieron presentes en una jornada histórica, que arrancó desde muy temprano con el armado del escenario sobre calle 25 de mayo nº 256, donde se colgaron banderines de colores y el logo de juicio y castigo.
Las distintas organizaciones fueron congregándose frente a los tribunales federales de la capital provincial para festejar una nueva construcción de justicia.
En el interior de la sala de audiencias la secretaria del Tribunal Oral Federal Nº1 de Paraná comenzó a leer los requerimientos de elevación a juicio.
Zaccaría habló haciendo caer la estrategia de su defensa
El segundo día del juicio comenzó con las “Cuestiones preliminares” que establece el Código Procesal Penal de la Nación. En esa instancia la defensa de los genocidas volvió a plantear nuevas medidas dilatorias. Planteos que fueron contestados por el Ministerio Público Fiscal, citando jurisprudencia y casos.
La querella de H.I.J.O.S. Regional Paraná, representada por la Dra. Florencia Amore adhirió a los planteos de la fiscalía y agregó en contestación que Zaccaría padece un deterioro cognitivo mínimo, y la presencia del procesado en la sala de audiencias hace insostenible el planteo de la suspensión del juicio en contra de quien fuera Jefe de Terapia Intensiva del Hospital Militar cuando ocurrieron los hechos.
Por la tarde, después del cuarto intermedio, el TOF resolvió rechazar todos los planteos de la defensa por considerarlos extemporaneos. Luego dio lectura de los hechos y las pruebas que hay en contra de los genocidas. Están imputados de la diagramación del secuestro como autores mediatos: Amelong; Guerrieri, Fariña y Pagano. Como nexo se lo acusa a Gonzalez y a Zaccaría se le imputa la autorización de la internación.
Inesperadamente Zaccaría mostró una gran lucidez al sentarse,  declarar y responder preguntas ante el tribunal. La fiscalía comenzó a preguntar sobre el caso de los mellizos que estaban en la sala de terapia intensiva, lugar que estaba bajo la responsabilidad de Zaccaría, a lo que éste contestaba que solo recibía órdenes. Que los mellizos ya habían nacido cuando los vio en ese lugar. Que fue un caso excepcional y que los hicieron desaparecer  en 15 minutos. Que él dio la novedad a la superioridad. Después de ahí lo llevaron a un sanatorio. Dijo que la madre estaba acostada, su aspecto era bueno, y que habló con ella. Siempre había militares alrededor de ella.
Las palabras de Zaccaría carcomieron su defensa que había comenzado  el pasado 2 de junio donde se había realizado una pericia, y posterior audiencia, en la que integrantes del Cuerpo Médico de la CSJN intentaron argumentar que Zaccaría no podía afrontar el juicio oral y público.
Guerrieri y Amelong le tiraron la pelota a Constanzo y al fallecido Navone
Con una arenga a la bandera verde oliva, haciendo alusión al ejército, Guerrieri abrió el tercer día de debate. En varias oportunidades realizó divagaciones dirigidas a la querella.
Uno de los momentos de mayor interés fue cuando leyó una cédula de notificación con fecha 13-04-2011 proveniente de un juzgado de Rosario; donde según el testimonio de Constanzo a Raquel Negro la ejecutó Navone, y fue éste, quien se quedó con el varoncito.
La declaración indagatoria de Amelong apuntó a la relación de Constanzo y Navone. El reo solicitó al tribunal el cruce de los llamados telefónicos y libros de guardias entre Constanzo (que declara como testigo el próximo miércoles) y Paul Navone, quien en febrero de 2008 tenía que arribar a la Ciudad de Paraná para prestar declaración y apareció muerto en la localidad de Azcochinga, provincia de Córdoba.
La transmisión recibida en la sala de calle Urquiza fue lamentable, con largas interrupciones de imágenes y sonidos.


H.I.J.O.S. 

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