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viernes, 7 de agosto de 2009

Alberto Valussi: Otro Genocida impune


Murió el genocida Alberto Valussi. Miembro del Servicio de Inteligencia del Ejército, procesado por crímenes de lesa humanidad en el marco del exterminio perpetrado por la última dictadura cívico militar. Valussi es sindicado como responsable directo del secuestro, tortura y desaparición de Fernando Gabriel Piérola, fusilado en la Masacre de Margarita Belén.


Murió sin condena, privilegiado por la lentitud de la justicia, resguardado en la impunidad todavía en pie en nuestro país. No habría sucedido si la vigencia de las leyes de punto final y obediencia debida y los indultos no hubiera impedido juzgar a los genocidas durante dos décadas. Una vez salvados esos perversos obstáculos, todos de una ilegalidad manifiesta, la lentitud de la justicia hizo posible que este criminal eludiera el castigo merecido.


Valussi nació el 15 de diciembre de 1940, en Resistencia. A lo largo de su vida demostró una perversidad y crueldad excepcionales, al punto de torturar a los jóvenes universitarios que durante los años sesenta habían sido sus alumnos en la materia Historia en el Colegio Don Bosco. Sucede que la mentira y la traición fueron una constante en la vida de este genocida; a mediados de la década de los setenta se hacía pasar por “estudiante crónico” en la facultad de Humanidades para ocultar su verdadera ocupación de informante de los servicios de espionaje del Terrorismo de Estado y “marcar” a los militantes que realizaban estudios universitarios.


Después del secuestro era Valussi quién dirigía las sesiones de torturas haciendo uso de la información que tenía sobre las personas detenidas para indicar a los otros torturadores qué debían preguntar, una lacra que torturaba a los detenidos colgándolos de los tobillos por varios días. Se cree que Valussi era uno de los genocidas que tenía conocimiento sobre el destino final de los fusilados en la “masacre de Margarita Belén”.


A pesar de las atrocidades cometidas este represor no recibió la pena que le correspondía en virtud de una justicia que de tan lenta, en su caso particular, nunca llegó. Su nombre se suma a la lista que conforman los genocidas Thomas, Ceniquel, Larreteguy, todos culpables de las peores aberraciones, todos fallecidos sin condena.


Una lista que es un triste testimonio del drama de nuestra joven democracia: la impunidad.


Por eso, exigimos: Juicio Oral Ya y cárcel perpetua, común y efectiva a todos los genocidas represores.


H.I.J.O.S.


(Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio).

Regional Chaco en la Red Nacional.

agosto de 2009


Fuente: http://comisionporlamemoria.chaco.gov.ar/

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muerte a los zurdos.
Gloria a quienes nos libraron de la lacra terrorista.