En la doceava audiencia del juicio por la Causa Hospital Militar, el ex detenido Jaime Dri aportó, mediante videoconferencia desde Panamá, detalles inéditos sobre el accionar represivo en la Quinta de Funes y La Intermedia, donde compartió con Raquel Negro sus últimos días antes de que fuera trasladada a parir a la capital provincial. Contrariamente a lo que se creía, remarcó que la madre de Sabrina Gullino se encontraba en este sitio al momento de ser transportada al nosocomio castrense de Paraná, y reveló que ya había sido llevada a esta ciudad para realizarle un chequeo médico durante un día. Además, interpeló a los represores, a quienes conocía por sus seudónimos de aquellos días en que se encontraba privado de la libertad, a que rompan el silencio para encontrar al hermano de Sabrina. El periodista Reynaldo Sietecase, por su parte, reprodujo parte de la entrevista que mantuvo con el represor Eduardo Tucu Costanzo en 1992, donde le reveló detalles del fusilamiento de alrededor de 16 detenidos. El Tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta le miércoles a las 10, donde estaba previsto que declaren el socio propietario del Instituto Privado de Pediatría (IPP), Jorge Eduardo Rossi –quien se encuentra internado- y Costanzo .M.G.
De ANALISIS DIGITAL
Cuando al testigo se le preguntó si conocía alguno de los imputados, respondió por los seudónimos con que se encubrian cuando realizaban sus tareas represivas: “Sí, conozco a Jorge (Pascual Oscar Guerrieri), Sebastián (Jorge Fariña), Daniel (Juan Amelong) y Sergio II (Walter Pagano)”, indicó. Así comenzó su declaración desde Panamá, a través de videoconferencia. A su vez, identificó a Raquel Negro como “María”, nombre con que se hacía llamar.
“Una vez desencadenados los hechos de la denuncia de la Operación México (a través de la cual se pretendía que Tulio Tucho Valenzuela entregue a la Conducción Nacional de Montoneros, radicada allí) fuimos a la Escuela de Magnasco y luego a La Intermedia. Allí hablé con María. En realidad el último lugar en el que ella estuvo (antes de ser trasladada a Paraná) no fue la Quinta de Funes, sino La Intermedia”, remarcó al ser interrogado por el fiscal José Ignacio Candioti.
El testigo reveló que Negro ya había viajado en una oportunidad a la capital entrerriana, para hacerse un chequeo médico por su embarazo. Una vez ella hubo regresado, “Jorge (Guerrieri) nos reunió a los prisioneros. A María le comentan que nuevamente la llevarían a Paraná. ‘Esto está raro’, me dijo. ‘Bueno, vaya a saber’, le respondí para tranquilizarla”, relató. “La llevaron una mañana muy temprano”, puntualizó.
Al poco tiempo se enteró de su parto. “Este hijo de puta de Tuchoencima tiene mellizos”, recordó Dri que alguien dijo. “Dijeron que la iban a traer de vuelta. Después se dio mi traslado a la ESMA, un jueves santo de 1978. Me despedí de todos, quienes aún estaban con vida. Luego fui a La Pecera y me fugué en julio”, narró.
Dri no recordó quién acompañó a Negro en su traslado, y no supo si regresó a Rosario: “La última vez que la vi fue la noche anterior a que la lleven a Paraná”, recordó.
A Valenzuela, por su parte, lo vio por última vez antes de su viaje a México: “Le di un gran abrazo. Tenía muchas esperanzas de que se fuera a fugar, y le dije ‘fuerza Tucho. Con el padre biológico de Sabrina fueron “Nacho, Sebastián y Daniel”, relató, nuevamente por sus nombres con que se hacían conocer para los detenidos.
Dri manifestó que en la Quinta de Funes y La Intermedia no se encontraba personal militar uniformado, y que era una casa de descanso castrense en la cual incluso la gendarmería que cuidaba el lugar estaba de civil: “El fusil FAL también lo tenían tapado, escondido”, reveló. A su vez, narró una oportunidad en la cual tuvo ocasión de entrevistarse con Leopoldo Fortunato Galtieri con motivo de su visita a Funes: “Me preguntó que cómo estaba, y me dijo que quería que esto termine”, recordó. Consultado por la defensa, compuesta por Mario Franchi y Humberto Franchi, sostuvo que Costanzo era “uno más” entre los miembros de “la patota”, quienes tenían “diferentes orígenes”.
La “reflexión final”
Dri se propuso dar un último mensaje, al culminar su declaración: “Los hechos son juzgados por la historia. Son evaluados, y los actores de las luchas sociales y políticas hemos producido luchas que son historia. Estoy igualmente en el presente haciéndola. Le quiero hablar a Sebastián, Daniel, Jorge y Sergio II –dijo en relación a los imputados-, con quienes hemos convivido, yo en calidad de prisionero desaparecido: Hoy nuevamente estamos produciendo otro hecho, siendo argentinos. Les pido que hagan un acto histórico. Digan dónde está el hermano de Sabrina; rompan el pacto de silencio. Va a ser valorado por el pueblo argentino. Terminemos con la historia de muertes, bombardeos, persecuciones y desapariciones”, subrayó.
“Después de San Martín y Bolivar, siguen los mismos que detentan el poder contra los que levantan las banderas para dejar de ser esclavos y ser un pueblo libre y justo. La clase dominante argentina decidió mediante un método salvaje desaparecer a toda una generación. A 35 años, esos compañeros míos que fueron tirados al fondo del mar son la juventud que no se resigna a ser esclavos y a que haya miles en la pobreza. Pongamos todos nuestro esfuerzo para construir una sociedad donde no nos enfrentemos más”, concluyó.
La confesión de Costanzo
El periodista Reynaldo Sietecase compareció ante el Tribunal para brindar los datos obtenidos a partir de una entrevista mantenida el 26 de junio 1992 con el represor Costanzo: “Contó que trabajó en Tucumán, donde era agente inorgánico de Inteligencia, y luego también en Rosario. Relató un operativo donde habían sido ejecutados 14 ó 16 detenidos políticos, y en el cual participaron el Teniente Coronel Rodolfo Riegé, quien en ese momento era secretario de Seguridad de la provincia de Santa Fe”, detalló.
El testigo pidió en retiradas oportunidades remitirse a la entrevista publicada para precisar algunos aspectos, pero contó que el represor también le nombró –algunos mediante sus apellidos, otros a través de nombres y apodos- a algunos responsables del centro clandestino de detención llamado La Intermedia, entre los cuales mencionó a Fariña.
El periodista explicó que en su momento se propusieron chequear algunos datos, para lo cual quisieron contactar por teléfono a Jaime Dri, pero no pudieron ubicarlo. Por medio de los organismos de derechos humanos pudieron saber que una de las personas que Costanzo nombraba, “María”, era Raquel Negro, aunque no le había mencionado nada sobre una mujer embarazada.
“La idea era entrevistar luego a cada una de las personas que fueron nombradas en la nota. Excepto Riegé, nunca nadie la desmintió”, subrayó, remarcando a su vez que el testimonio era totalmente verosímil y que luego mucho de lo que el represor sostuvo fue confirmándose.
Este viernes declaró también un fisioterapeuta que se desempeñó en el nosocomio castrense, pero no reveló demasiado, excepto el relato de una oportunidad en la cual tuvo que atender a una mujer que se encontraba atada de pies y manos. No supo nada de los mellizos ni sobre un parto, y no recordó quiénes eran los soldados que se encontraban en ese momento cerca del lugar ni vio personal médico.
El Tribunal, compuesto por Roberto López Arango, Lilia Carnero, Juan Carlos Vallejos y María Ivón Vella, dispuso un cuarto intermedio hasta al miércoles a las 10, donde estaba previsto que presten declaración Costanzo y Rossi, quien hoy nuevamente presentó un certificado médico excusándose por no poder comparecer. La querella, compuesta por Álvaro Piérola, Florencia Amore, Ana Oberlín, Lucas Ciarnela y Álvaro Baella, pidió que se verifique su estado de salud la semana siguiente. El Ministerio Público Fiscal, por su parte, es representado por Marina Herbel y José Ignacio Candioti.
Para el jueves 22 se confirmó la videoconferencia mediante la cual declarará el periodista Miguel Bonasso, autor del libro Recuerdos de la muerte, y se realizarán las inspecciones en el Hospital Militar.
Fuente: Análisis Digital
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